PENSANDO EN EL DÍA LA MADRE
En medio de este festín al que nos tiene ya acostumbrados esta sociedad de consumo llega la celebración de un día más, el festejo del día de la madre.
La celebración de este año tiene
una característica muy particular y es que ella se da en uno de los momentos más particulares de la historia de
la humanidad, como lo es el aislamiento obligatorio que ha generado el covid-19
y que ha llevado a que un sistema que vive del consumo se haga el harakiri,
confinando a todas las familias de vivir esta festividad como habitualmente se
vive.
Sea pues la oportunidad para
pensar, para reflexionar en el papel de ese rol tal fundamental para la vida
como lo es el que cumple ese ser, copartícipe de la generación de la
vida, pero sobre todo protector y cuidador de la misma, de tal modo que sin el, esa vida que
se trae al mundo no podría prosperar; ese ser
que el que todos los idiomas, todos los dialectos confluyen en un solo
sentimiento, único inspirador que fluye como mágico conjuro al pronunciar esa
palabra: madre!
Su presencia, emerge imponente en
origen de la concepción misma, su biología diseñada para eso la coloca ya en
plano superior, es ella quien decide permitir nuestra existencia. Nuestra
presencia en este mundo solo se explica por ella, razón de más para reconocer
su magnificencia. Pero ese acto originario del alumbramiento pasar es solo la
cuota inicial de esa cadena ininterrumpida de aportes que ella a nuestra
existencia. Vendrá luego el desvelo constante para que esa vida que trae al mundo se conserve y
se desarrolle en medio de un esfuerzo que culminará el día de su muerte.
Pensar ese ser maravilloso,
pensar ese dador y cuidador de vida, implica colocarlo en la dimensión humana y
como tal asociado a todos los avatares y vicisitudes por las que atravesado la
humanidad misma. Es así como nos llegan noticias desde la muy lejana antigüedad
en las que el papel de la madre es reconocido y el mismo aparece asociado no
pocas veces a momentos de dolor, sacrificio y sufrimiento. Porque a decir
verdad, si bien hay que reconocer que esta celebración convoca a la alegría, y
bajo esquema actual de consumo tiende a verse como un evento gozoso; lo cierto que detrás del rol de la maternidad
hay, mirando hacia atrás en el tiempo, si bien hay momentos de alegría, también
hay muchos tristeza y mucho dolor.
De la mano de la mitología
egipcia, viene la historia de Isis, quien en medio del dolor, recoge el cuerpo
desmembrado de su hermano Osiris, para en dicho acto reconstrucción, quedar
impregnada de su esencia, quedar
embarazada y dar a luz a Horus, a quien debe criar ocultándolo, para que no sea
asesinado por su tío Seth.
Y es quizás este mito fundador de
una maternidad que surge en medio del sufrimiento el que se remonta a través de
los tiempos y que resurge en la historia, para ser representado nuevamente en
otro mito de la maternidad dolorosa, profusamente ilustrado, representado en la
virgen María, que ve morir a su hijo Jesús en una cruz y de la mano de este mito, surge en Inglaterra un día al año para rendir
homenaje a la virgen (cuarto domingo de cuaresma), día en que también muchas
madres que trabajaban confinadas en las casas de los ciudadanos pudientes,
pudiesen ser visitar sus hijos de los cuales permanecían separadas la mayor
parte del año.
Al parecer no han sido
circunstancias gozosas las que se esconden detrás de esta conmemoración del día
de la madre. Siguiendo esta ruta del tiempo nos encontramos ya en 1865 en
Estados Unidos, en donde la poeta y activista Julia Ward Howe organiza
manifestaciones pacíficas y celebraciones religiosas convocando a las madres
que habían perdido sus hijos en la Guerra de Secesión. Por esa misma época la
también activista de Ann Jarvis, convocaba a la madres de Virginia para tratar
de encontrar soluciones para condiciones insalubres que provocaban gran
mortalidad infantil (ella había perdido 7
por esas causa) y también para tratar de mantener unidas a las madres
divididas por la guerra civil). Es la hija de Ann Jarvis que finalmente logra
que sea decretado el día de la madre por parte del presidente Woodrow Wilson en 1914, el cual sería celebrado
el segundo domingo del mes de mayo de cada año.
A partir de esta oficialización
en Estados Unidos, muchos países en mundo decidieron acogerlo entre ellos
Colombia, que mediante decreto 748 de
1926 emanado por el presidente Pedro Nel
Ospina, oficializa el segundo domingo de mayo de cada año, como el día de la
madre.
Comentarios
Publicar un comentario