LA POESÍA, ESE OTRO CAMINO PARA LLEGAR A LA VERDAD
La Poesía, ese otro camino para llegar a la verdad
Homenaje a Gabriel García Márquez
(Una reflexión
desde el discurso ante la academia Sueca, al aceptar el premio nobel)
“En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor
fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en
cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y
por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte.”GGM
La poesía, ese otro camino para
llegar a la verdad. Esa es la conclusión a la que se llega después de
leer el discurso con que Gabriel Garcia Márquez aceptó la mención más honrosa
que le puede ser otorgada a un escritor.
De ahí el título para este escrito con el que se quiere rendir homenaje a quién hizo de la literatura una trinchera
para defender su dignidad humana y la dignidad del pueblo latinoamericano. Esa
dignidad que fuera rescatada para la humanidad por los iluminados de la
ilustración y que en la filosofía tuviera en Kant a su más connotado representante;
quién expresara de manera bella y sencilla ese paso gigantesco qué
significó para el hombre el asumirse como responsable de su propio destino al
convocarlo a tener "el valor de usar su propia razón”; y que en
lo político sentara con la revolución francesa el reto de alcanzar el ideal de
“libertad, igualdad y fraternidad” para todos.
Fue Gabriel García Márquez con Pablo Neruda,
Miguel Hernández, Octavio Paz, Mario Benedetti y una pléyade de
destacados personajes de la literatura hispanoamericana los más
connotados herederos de esa tradición ilustrada, que a bien tuvieron el
ser “tocados” o mejor ungidos por las musas, para que sus ojos pudieran ver
mundo a través de esos cristales que sólo le es dable a los poetas.
Y es que sólo un corazón de poeta, es capaz de
elevarse más allá de este pequeño encapsulado de piel que sirve de límite a
nuestra energía creadora, para ver en la piel y través de la piel del otro,
asumiendo como suya esa otredad; y por lo tanto, asumiendo a su vez todo lo que
ella representa y vive: amor, dolor y muerte.
El poeta , es ese ser sencillo, que vestido de paisano
camina nuestro lado, que ve las mismas cosas que nosotros vemos, que vive tal
vez las penurias por las que pasamos, pero que se declara incapaz de seguir
como nosotros, ese transitar indiferente frente a esa cotidianidad que
nos consume. A él, al poeta, como por una especie de magnetismo, se le
van quedando adheridas, las vivencias, la sangre, el sudor, el dolor de
los otros, esos otros que para muchos sólo existen en el piadoso ideal
ascético.
Es pues la poesía ese elemento articulador e
inspirador de la obra y la vida del escritor de Aracata y por esta razón es
que no vacila en atribuir a ésta, la causa por la cual le es entregado el
premio Nobel. Por eso, al preguntarse ante a la academia por las motivaciones
que estuvieron detrás del premio que le era otorgado, él se responde a sí mismo:
“Confieso sin falsas
modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha
sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una
vez más, un homenaje que se rinde a la poesía”.
Y siendo la poesía esa fuente nutricia no sorprende
entonces, cuando después de haber pasado tantas veces por los mismos lugares,
de haber escuchado las mismas noticias y de haber sido quizás protagonistas de
esa historia que relatan los diarios; se yergue a ante nosotros el poeta para
decirnos que detrás de la mismas hay dolor, hay tristezas y sobre todo como nos
lo mostrara Gabriel García Márquez, hay soledad.
Hay pues en la obra de Gabriel García Márquez, ese
toque de integridad, que necesariamente reclama toda obra o toda vida que
aspire la inmortalidad, ese toque que implica la unidad de las palabras y
la acción. Por eso, aún allí en las mismas gradas en donde recibió el premio nobel, esgrime su pluma para decir :
“Ante esta realidad sobrecogedora que a
través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de
fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía
no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una
nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta
la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la
felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por
fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.”
Emergen de este texto, los elementos que hacen de
García Márquez, ese poeta integral. En primer lugar, esa “realidad
sobrecogedora” que por lo abrupta y cruel de la misma, él gracias al realismo
mágico, torna “macondiana”. Esa realidad de nuestra América que en el
mismo discurso pronunciado en Estocolmo, es descrita como “oprimida, saqueada,
abandonada”. Realidad, que aún hoy
discurre ante nuestros ojos, después de treinta y dos años de haber sido
descrita. Y en segundo lugar, emerge al mismo tiempo su claro
compromiso con esa utopía libertaria, esa utopía, que convertida en nave
del tiempo, sacará a Latino América de esos “cien años de soledad” y hará
realidad el amor y esa felicidad tan anhelada; que no son otra cosa que los
mismos ideales de los revolucionarios franceses (libertad igualdad y
fraternidad), aún pendientes realizar.
Gloria eterna la poeta, al soñador. Entendible apenas
su autoexilio, en momentos en que algunas voces se levantaron para cuestionarlo. Ese exilio voluntario -que
no es fácil de asumir, pues todo exilio es doloroso- se constituye una prueba más
de la integridad del poeta; es, si se quiere, ese grito silencioso
de protesta de aquellas almas atormentadas por una realidad, que se declaran
incapaces de transformar, pero al mismo tiempo de vivir. Grito de protesta
que hubiera querido dar en su momento el filósofo de Otra Parte,
Fernando González; y que diera en nuestros días Fernando Vallejo y que
quisiera dar ¡ yo!, pero desafortunadamente no tengo la fama y
grandeza requerida para ser oído.
¡Gloria eterna!
Diego Cano-Sociología Juridica (Grupo 500)
ResponderBorrarLa poesía, como forma de expresión artística y literaria, tiene la capacidad de ofrecer una perspectiva única y profunda sobre la verdad o la realidad. Mientras que otros medios pueden abordar la verdad de manera más directa , la poesía utiliza la belleza del lenguaje, las metáforas y las emociones para transmitir significados más complejos y subjetivos.
En este contexto, la poesía se percibe como un medio que va más allá de la simple representación de hechos, permitiendo al lector o espectador explorar la verdad desde una perspectiva más intuitiva y personal.